jueves, 4 de junio de 2015

Nuestra BANDERA NACIONAL

La bandera argentina fue enarbolada por primera vez por el General Manuel Belgrano el 27 de febrero de 1812, en las barrancas del río Paraná. El objetivo fue sustituir por los colores patrios los que hasta entonces llevaban los ejércitos en su lucha por la independencia.
La primera bandera fue confeccionada por una dama rosarina, conforme a los colores de la escarapela nacional.
Fue enarbolada por primera vez en la ciudad de Buenos Aires el 23 de agosto de 1812, en la iglesia de San Nicolás (lugar donde en la actualidad está el Obelisco).
El Congreso de Tucumán, a los nueve días de declarada la Independencia, sancionó el decreto por el cual oficializó la bandera celeste y blanca y la adoptó como símbolo patrio, estableciendo más adelante que debía tener un sol en la banda blanca.
Posteriores disposiciones establecieron que la bandera tendría “tres fajas horizontales de igual tamaño, dos de ellas celestes y una blanca y que se reproducirá en el centro de la faja blanca el sol que se encuentra grabado en la primera moneda argentina acuñada por Ley de la Soberana Asamblea General Legislativa del año 1813, siendo el color del sol el amarillo del oro”. También fue legislado que el derecho a usar tal bandera es exclusivo de los organismos oficiales, siendo permitido para los particulares usarla sin el sol.

El 8 de Junio de l938 el Congreso de la Nación, por Ley 12.361 estableció el día 20 de Junio como “DIA DE LA BANDERA”, por ser el aniversario de la muerte del General Manuel Belgrano, estableciéndolo como feriado nacional.



CLICKEÁ acá para obtener más información acerca de esta fecha patria: http://www.me.gov.ar/efeme/20dejunio/

RECIBIMOS AL INVIERNO...

Comienzan los días fresquitos y desde la biblioteca te invitamos a escuchar este bello cuento/canción...




Don Fresquete, de María Elena Walsh

Un cuento de Doña María Elena, ideal para estos fríos días invernales.

Había una vez un señor todo de nieve. Se llamaba Don Fresquete.
¿Este señor blanco había caído de la luna? –No.
¿Se había escapado de una heladería? –No, no, no.
Simplemente, lo habían fabricado los chicos, durante toda la tarde, poniendo bolita de nieve sobre bolita de nieve.
A las pocas horas, el montón de nieve se había convertido en Don Fresquete.
Y los chicos lo festejaron, bailando a su alrededor. Como hacían mucho escándalo, una abuela se asomó a la puerta para ver qué pasaba.
Y los chicos estaban cantando una canción que decía así:

“Se ha marchado Don Fresquete a volar en barrilete.”



Como todo el mundo sabe, los señores de nieve suelen quedarse quietitos en su lugar.
Como no tienen piernas, no saben caminar ni correr. Pero parece que Don Fresquete resultó ser un señor de nieve muy distinto.
Muy sinvergüenza, sí señor.
A la mañana siguiente, cuando los chicos se levantaron, corrieron a la ventana para decirle buenos días, pero... ¡Don Fresquete había desaparecido!
En el suelo, escrito con un dedo sobre la nieve, había un mensaje que decía:

“Se ha marchado Don Fresquete a volar en barrilete.”

Los chicos miraron hacia arriba y alcanzaron a ver, allá muy lejos, a Don Fresquete que volaba tan campante, prendido de la cola de un barrilete.
De repente parecía un ángel y de repente parecía una nube gorda.

¡Buen viaje, Don Fresquete!

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